Poros alineó a 200 elefantes en el Río Hidaspes, estas bestias son los tanques de guerra de la antiguedad, capaces de hacerle frente a cualquier unidad e intimidarlos con su enorme tamaño.
¡Los elefantes son el terror de los antiguos campos de batalla! Con casi tres metros de altura, una enorme constitución, una fuerza tremenda y una furia que aniquila todo a su paso cuando se enfadan, enfrentarse a ellos es como luchar contra las montañas.
Los guerreros portan arcos que pueden disparar desde grandes alturas, pero el elefante en sí es un arma capaz de pisotear y machacar a los hombres fácilmente, lanzándolos por los aires como si fuesen hojas secas en un temporal. Pero esta fuerza es también un arma de doble filo, ya que estas bestias pueden perder la calma y hacer papilla a amigos y enemigos. En esos casos, para salvar su propia vida y la de sus camaradas, los jinetes pueden verse obligados a clavar una especie de estaca en la base del cráneo del elefante para matarlo al instante.
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